Y te das cuenta de que el mundo se ha vuelto en contra tuya, de que no tienes nada por lo que estar feliz, y mucho por lo que estar mal.
Te das cuenta de que estas sufriendo por tonterías, de que eres pesimista y una amargada. Pero no sabes salir de este estado, porque prácticamente ya te has acostumbrado.
Te acostumbras a ver como la gente es feliz mientras que tú estás mal, realmente mal. Pero nadie se acerca, nadie te da ese abrazo que necesitas, nadie te dice: “oye, que no pasa nada, tu sigue adelante que todo se soluciona”
No hay nadie que te entienda, y todo el mundo cree hacerlo.
Te das cuenta de que te has convertido tú misma en tu mejor amiga, y que ya de nada sirven esos te quiero, y esos yo siempre voy a ser tu amiga, por que sabes que es mentira.
Y es entonces cuando abres los ojos, y piensas dos veces lo que vas a hacer, lo que vas a decir, maduras como otros no lo han hecho todavía, y sigues adelante, porque sólo tú puedes tomar esa decisión.
Ya nadie manda sobre ti, eres tú y el tiempo, porque te ha tocado ésta vida, si, pero poco a poco te acostumbras, y lo que parece una cuesta, tan sólo es un pequeño bache que hay que saltar.
Ya no te importa lo que digan de ti, es tú vida y nadie tiene porque inventar sobre ella, y si lo hacen, lo seguirán haciendo, porque hay gente que vive de ello.
Ya has alcanzado tus propias metas, y te has planteado nuevos recorridos, porque sólo tú eres dueña de tu vida, y solo tú decides lo que vas a hacer siempre, en ésta amargada vida que nos tiene atrapados a muchos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario