No todo lo que digo es lo que pienso. No todo lo que escribo es lo que siento.
A veces, hay que saber mentir, ya que también las verdades son mentiras. La vida está llena de "no" y "quizás", de duda, incertidumbre, miedo a las cosas nuevas, miedo a lo más inofensivo. Miedo a vivir.
Es ese miedo el que en muchas ocasiones nos hace retroceder, nos bloquea el camino para seguir hacia delante. Y es ahí, justo en ese momento cuando decides que es mejor tirar la toalla, cuando prefieres caer a levantarte. Es ahí cuando te das cuenta de que no quieres ser tú, no quieres ser ninguno de los que están a tu alrededor, solo quieres salir corriendo, escapar de todo aquello a lo que tememos, huir de la realidad.
A veces no viene mal olvidar al mundo durante un rato y dejar allí también esos miedos que manejan las vidas. Es mejor vivir un sueño a vivir la realidad. Es mejor olvidarse de lo que nos rodea y centrarse en uno mismo. Ya va siendo hora de mirarse al espejo y decir: Aquí estoy yo.
Porque nadie ni nada te va a parar. Ni siquiera el miedo existe, son mentiras, mitos que la gente inventa, nada más.
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