viernes, 13 de septiembre de 2013

sin preguntarte un "por qué"

Seguimos adelante, saltamos sobre otras personas, nos caemos, nos levantamos, pisoteamos a los que están más abajo y envidiamos a los que están por encima, y todo eso sin preguntarnos un “por qué”.
Queremos tener una historia de amor, pero dejamos al tiempo que actúe por nosotros sin darnos cuenta de que eso no es lo correcto.
Pretendemos que todo nos vaya perfecto y cuando hay algo que falla, simplemente nos venimos abajo, no importa que haya muchas más cosas buenas, en lo que nos fijamos es en lo malo, porque simplemente destaca. ¿Qué más da que tengamos un racimo de uvas con treinta uvas? Si en la tienda vemos que tiene una uva podrida, no la compramos.
Y eso es así, pero con todo. No importa que tengas un gran corazón o mucha inteligencia, que con que tengas un solo defecto, te van a ignorar, te van a pisotear y van a hacerte creer que un defecto vale más que mil virtudes. Y lo peor es que les hacemos caso, porque criticar es un defecto, y como siempre, nos fijamos en eso, en los defectos, y hacemos caso a las críticas destructivas, porque son defectos, y llaman la atención sobre el resto de las cosas.
Entonces nos venimos abajo, nos apoyamos en la música porque de alguna forma nos gusta sentirnos identificados con alguna de sus letras.
Nos  “olvidamos” de todo lo que ha pasado y salimos a la calle con una “sonrisa” porque eres “fuerte”.
Déjame que te diga que no lo eres. Creemos tener un muro que nos proteja de lo que nos hace daño pero lo que no sabemos que ese muro en realidad está construido con  miles de lágrimas acumuladas. Haznos un favor y destrúyelo de una vez. Dime, ¿Quién se iría con una chica dura, fría, con sentimientos resguardados y que solo sabe decir “te quiero” cuando de verdad lo siente? ¿Quién se iría con ella teniendo a miles de chicas mucho más fáciles y que le dan la misma satisfacción?

Pero no puedes cambiar porque tú eres así, actúas así simplemente porque la vida te ha hecho ser así, no quieres buscar respuestas, no quieres ser como el resto de la gente, pero tampoco quieres ser tú. Sin detenerte, sin mirar atrás, sin preguntarte un “por qué”.