
Las lágrimas ya no sirven para retroceder en el tiempo y tú no puedes hacer nada. Te das cuenta de que él nunca te ha querido y probablemente nunca lo hará. Y ves esa realidad que el amor te cegaba. Que te has quedado con las manos vacías y no tienes recursos para llenarlas. Y tú como una tonta le sigues queriendo, te da igual lo que haya o esté pasando o el daño que te haya podido hacer, pero es que es eso lo peor, que ya no sabes como dejar de quererle.
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